martes, 27 de septiembre de 2011

Cualquier cosa


Se llama culpa, te la presento. La estoy sintiendo ahora escurrirme el cuerpo, conminándome a vomitar y a odiar el aire que me mantiene viva. Se llama culpa, no se acaba con el perdón ni con el silencio, la estoy sintiendo erizarme la piel. Persigue, tortura, asesina y la agonía es tan lenta que te hace inconsciente, con ella abrazada voy caminando al rincón oscuro. El espejo infinito refleja un rostro culposo, un cuerpo culposo y manchado, que no recuerda dónde perdió la voluntad, el espejo me grita y no sólo ahorca mi cuello hasta dejarme muda, porque no hay palabras de satisfacción cuando se es responsable. Se desdibujaron las sonrisas de ayer, la invasión de la culpa llegó hasta la médula de mi alma, la invasión del odio, mi odio expansivo. Está carcomiéndome el odio, el supremo y divino odio, grande, magnífico, ingente y doloroso odio. Por el pasado, por los “pudo ser” y por todo lo que se ha perdido de mí en este camino no trazado y cuesta arriba. Las sonrisas se quedaron afuera del espejo, la infinitud me ha tragado, me caigo en estas mismas letras cuando ya ni siquiera siento amor por ellas y pienso que son inútiles.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Ir al final


¿Qué tengo de propio?
Los recuerdos y la voz,
mis versos y lágrimas,
mis ideas y trazados
¿Qué valor tienen?
Mínimo
¿De qué sirven?
Casi de nada
excepto el orgullo
y dolor
¿Para qué existen?
Para hacerme plena y solitaria,
vacía y abrazada,
amada y muerta
¿Son míos?
Lo son.

Que me quiten
los ojos y garganta,
la piel y el corazón,
déjame solo los recuerdos...
y tu tacto.

Y estoy así
por dejar de creer que soy única,
que soy diferente.
Me enseñaron el discurso,
pero en la práctica
soy igual a todos
igual de triste
igual de tonta.
No importa que en la noche,
se me vaya el alma
no importa que vea,
todos los días,
el reloj a la misma hora
que crea tener
el aura diferente.

Soy la misma
igual a todos
lacrimosa y lastimera
la misma pena endógena
me circunda
y se me va la vida
preguntándome:
¿Qué hago aquí?
Tengo todo y nada
estoy con el alma llena
y partida
acurrucada y sola,
más sola que nunca antes,
pues he dejado de quererme...
Y aunque me prometieran la luna,
insisto:
He dejado de quererme y
estoy más sola que nunca
porque me he perdido
a mí misma.

domingo, 11 de septiembre de 2011

¡Qué deshonor arder sobre tu cuerpo!


Palpitantes
mis caderas
se aproximan
a tu orgullo
Y sucumbo,
hipnotizada,
al compás
de esta marea.